Saludos amigos. He decidido compartir con uds. un fragmento del libro "El Mundo Misterioso" de Time Life. En este se habla de una misteriosa criatura keniana, el llamado "Oso nandi", una temida criatura nocturna, que como su nombre lo indica, se asemeja a un úrsido, aunque hay varias propuestas para la identidad del oso nandi, desde hienas hasta mandriles... gigantes.
"Se dice que no todos los animales desconocidos son tímidos. Se rumorea que la nación de Kenia, del este de África, ha sido desde hace tiempo la guarida de una bestia similar al oso, tan salvaje y temible, que al parecer, visita los pueblos de noche, llevándose ovejas y algunas veces a personas. Los colonizadores europeos llamaron a la criatura el Oso Nandi, nombre de la tribu en cuyo territorio, situado al oeste de Kenya, tienen otros nombres más inquietantes para denominar a la bestia: Chemosit, o diablo, Geteit, que significa comedor de cerebro, una referencia al supuesto hábito del animal de comerse el cerebro de su presa.
Los hombres me decían que bajaba a los pueblos por la noche y asesinaba a los habitantes en sus cabañas, escribió Charles T. Stoneham, un conocido cazador de caza mayor, quien describió su propia búsqueda del Oso Nandi a finales del siglo pasado en su libro Cazando bestias salvajes con rifle y cámara. .
De acuerdo con el cazador británico de caza mayor, Charles T. Stoneham (arriba), que buscó incansablemente a la bestia durante la década 1920-30, el Oso Nandi atacaba a sus víctimas entrando en sus cabañas por el techo.
"Hizo su entrada por el techo, mató a sus ocupantes y se comió sus cerebros". Las mujeres que estaban fuera en el bosque recogiendo madera "desaparecerían" continuaba Stoneham, "y más tarde, se descubrían sus cuerpos, casi siempre desprovistos de la parte superior del cráneo".
Como no se tienen noticias de que existan especies de oso en África, aunque hay rumores persistentes, desechados por la mayoría de los científicos, de pequeños osos en Marruecos, los informes del Oso Nandi han desconcertado a los zoólogos. Sin embargo, a juzgar por estas informaciones, el término "oso" parece encajar. Geoffrey Williams, un aventurero que exploraba el territorio nandi a principios de siglo, pensó que, en efecto, la bestia se parecía a un oso cuando se encontró con ella durante una marcha por la verde meseta de Uasin-Gishu.
"Había una densa niebla", escribió, "y mi primo y yo caminábamos al frente del safari". De repente, se disipó la niebla. "Mi primo exclamó: ¿Qué es eso?". Mirando en la dirección en la que spuntaba, vi un gran animal sentado sobre sus caderas, a una distancia de no más de 30 metros. Su actitud era como la de un oso en el zoológico, y debo decir que media más de metro y medio", recuerda Williams. "Antes de que nos diese tiempo a hacer nada, saltó hacia adelante y se alejó arrastrándose".
En 1925, en un incidente que recuerda la terrorífica bestia de Gévaudan, en el siglo XVIII en Francia, los habitantes de un pueblo pidieron ayuda al gobierno keniata, después de que una chica de seis años fuera raptada en plena noche por un Oso Nandi, que había excavado un agujero en la pared de la choza de su familia. Las noches anteriores, la criatura se había llevado varias cabezas de ganado del pueblo. El capitán William Hichens, un oficial colonial británico, viajó al pueblo para investigar.
Después de escuchar los aterrorizados relatos de las incursiones de la bestia, Hichens dedició atraparla, rodéando la colina donde se sospechaba que vivía. El plan falló, pero Hichens tuvo un espantoso encuentro con lo que él pensó que era la misma criatura, que una noche, cuando se retiraba a dormir a su tienda, vio en la entrada del pueblo.
"Se dice que no todos los animales desconocidos son tímidos. Se rumorea que la nación de Kenia, del este de África, ha sido desde hace tiempo la guarida de una bestia similar al oso, tan salvaje y temible, que al parecer, visita los pueblos de noche, llevándose ovejas y algunas veces a personas. Los colonizadores europeos llamaron a la criatura el Oso Nandi, nombre de la tribu en cuyo territorio, situado al oeste de Kenya, tienen otros nombres más inquietantes para denominar a la bestia: Chemosit, o diablo, Geteit, que significa comedor de cerebro, una referencia al supuesto hábito del animal de comerse el cerebro de su presa.
Los hombres me decían que bajaba a los pueblos por la noche y asesinaba a los habitantes en sus cabañas, escribió Charles T. Stoneham, un conocido cazador de caza mayor, quien describió su propia búsqueda del Oso Nandi a finales del siglo pasado en su libro Cazando bestias salvajes con rifle y cámara. .
De acuerdo con el cazador británico de caza mayor, Charles T. Stoneham (arriba), que buscó incansablemente a la bestia durante la década 1920-30, el Oso Nandi atacaba a sus víctimas entrando en sus cabañas por el techo.
"Hizo su entrada por el techo, mató a sus ocupantes y se comió sus cerebros". Las mujeres que estaban fuera en el bosque recogiendo madera "desaparecerían" continuaba Stoneham, "y más tarde, se descubrían sus cuerpos, casi siempre desprovistos de la parte superior del cráneo".
Como no se tienen noticias de que existan especies de oso en África, aunque hay rumores persistentes, desechados por la mayoría de los científicos, de pequeños osos en Marruecos, los informes del Oso Nandi han desconcertado a los zoólogos. Sin embargo, a juzgar por estas informaciones, el término "oso" parece encajar. Geoffrey Williams, un aventurero que exploraba el territorio nandi a principios de siglo, pensó que, en efecto, la bestia se parecía a un oso cuando se encontró con ella durante una marcha por la verde meseta de Uasin-Gishu.
"Había una densa niebla", escribió, "y mi primo y yo caminábamos al frente del safari". De repente, se disipó la niebla. "Mi primo exclamó: ¿Qué es eso?". Mirando en la dirección en la que spuntaba, vi un gran animal sentado sobre sus caderas, a una distancia de no más de 30 metros. Su actitud era como la de un oso en el zoológico, y debo decir que media más de metro y medio", recuerda Williams. "Antes de que nos diese tiempo a hacer nada, saltó hacia adelante y se alejó arrastrándose".
En 1925, en un incidente que recuerda la terrorífica bestia de Gévaudan, en el siglo XVIII en Francia, los habitantes de un pueblo pidieron ayuda al gobierno keniata, después de que una chica de seis años fuera raptada en plena noche por un Oso Nandi, que había excavado un agujero en la pared de la choza de su familia. Las noches anteriores, la criatura se había llevado varias cabezas de ganado del pueblo. El capitán William Hichens, un oficial colonial británico, viajó al pueblo para investigar.
Después de escuchar los aterrorizados relatos de las incursiones de la bestia, Hichens dedició atraparla, rodéando la colina donde se sospechaba que vivía. El plan falló, pero Hichens tuvo un espantoso encuentro con lo que él pensó que era la misma criatura, que una noche, cuando se retiraba a dormir a su tienda, vio en la entrada del pueblo.
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